viernes, 19 de agosto de 2011

A sangre fría

¿Sabéis lo que pasa cuando me hacen enfadar? Que me da por escribir a horas intempestivas con mil cosas que hacer, como dormir, que iría genial para mi crecimiento, o estudiar, que iría genial para terminar mis estudios de una vez.

Esta historia, que llegó a su fin hace muchos, muchos, muchos (puedo permitirme tres muchos) años, allá por mis tiernos diecisiete, sigue atormentándome hoy en día, por ser como soy, y por intentar mantener una “buena” relación con mi pasado. Por eso os pido perdón de antemano, porque habrá muchos matices de los que no me acuerde.

Cuando empecé a tener las hormonas revolucionadas, un par de años antes de los diecisiete, conocí a un atleta que se coló en mi mundo de la natación de chiripa y que me hizo tilín. Como donde yo ponía el ojo, siempre había una bala…o algo así. Me dispuse a conquistarle. Como siempre he sido un poco parca en idiomas, menos en el del amor. Él se ofreció a ayudarme con el inglés nivel instituto y yo a ser su alumna aventajada y más entregada.

Todo es tan bonito al principio…

Con las pocas primaveras que contaba yo en mis carnes, que vuelvo a repetir que más sabe el diablo por viejo que por diablo, no podía comparar como voy a hacer ahora mismo (y por fin desquitarme): es cierto rey, no, no la tienes pequeña, la tienes delgada y triste, por cierto, no es normal que un tío de 17 años se afeite las pelotas, y mucho menos que des detalles de cómo lo haces, y tampoco es normal tener tantos gatillazos por “estrés” a los 17 años, deberías hacértelo mirar.

No sé que les pasa a los hombres con la palabra “pequeña”.

Pequeña PEQUEÑA PEQUEÑAAAAA

¿carne de gallina alguno de los lectores presentes?

No sé cuantas veces a lo largo de nuestra tormentosa (si se puede llamar ) amistad, me recordaste (sé que vas a leer la entrada) que había ido pregonando por nuestra pequeña ciudad natal, que la tenías pequeña. (hablo en pasado por la corrección anterior). Incluso, llegaste a darme las gracias, por la curiosidad que había suscitado en las mujeres mis comentario malicioso. ¿Curiosidad o lástima?
Por mucho que lo piensen los hombres, las mujeres tenemos un gran corazón y envenenada la lengua.

¿Sabes le problema de la comparación?

Que mi novio de por aquel entonces tiene la suerte genética de calzar una XL, y será que todo lo demás me parecía de risa.

Y ahora, después de años de experiencia, me doy cuenta de que no es

(chicas que gran verdad)
el tamaño lo que nos importa.

Por cierto, los besos en plan Dementor de Azkaban modo aspiradora, deberías quitarlos de tu currículo de presentación. A nadie le gusta que le sorban la campanilla.

A NADIE

Veo que mis clases (las cuales me hiciste ordenar teórica y prácticamente en un curso de 30 lecciones) no sirvieron de mucho, muy listo y aplicado para algunas cosas pero… para las clases de física hay que valer.

Os tengo que pedir perdón, porque ha pasado tanto tiempo y tengo tan pocos recuerdos que a veces tengo lagunas de si volví a caer en sus redes, o fui lista y lo dejé correr.

El caso es que hoy en día, mantenemos una relación, que no se puede catalogar de nada, salvo de innecesaria. Seguramente seré la próxima en su lista de contactos innecesarios o bloqueados en la redes sociales, pero sinceramente, como no juegas al cityville, no me haces falta.

Aquí va el consejo de eFe: eso que dicen de que hay que tener amigos hasta en el infierno…no os lo apliquéis al pie de la letra, que hay sitios, de verdad, donde no merece la pena entrar. (en todos los sentidos)

Ah! Y al próximo que os diga que su vida es mejor que la vuestra, es para soltarle aquella fantástica frase anacrónica de mi abuela de…

Dime de qué presumes…..y te diré que talla calzas.

sábado, 7 de mayo de 2011

Heridas de Guerra

Algunas como calcomanías de matutano, que se borran con el tiempo, y otras recuerdos eternos en mi piel, algunos buenos y otros…
Otros están ahí porque el karma ha decidido que es un castigo merecido, por lo bien que me porté en su día.

Cortes, rozaduras, moretones, arañazos, torticulis…
Mordiscos de… animales indeterminados, urticarias...

Aviso para navegantes, lo de decir que un chupetón en el cuello, es un golpe con el pomo de una puerta, NUNCA ha colado.

No es todo por practicar el kamasutra, cuidao, es porque, cuando somos jóvenes, nos da el apretón en cualquier sitio, bueno y no tan jóvenes.
Intentar pasar un rato agradable con un zagal sin tener lugar a donde ir, es como una clase avanzada de supervivencia del ejército.

Me acuerdo una baza, en el pueblo de un ex noviete, que como teníamos la casa llena de familia política, nos fuimos al monte, armados únicamente con una manta, tengo que decir que el monte alcarreño no es como las verdes praderas donde Heidi retozaba con Pedro, y que aquí, no es que todo el monte sea orégano, es que hay aliagas, cardos borriqueros y una fauna que no se comería ni Bear Grylls.

Una servidora, que ya sabéis que es muy de alzar la voz en muy variopintos escenarios, mordiéndose la lengua,
pero no para ahogar mis gritos de placer, sino para no chillar de dolor, porque entre lo que hacía la manta zamorana,
(que no veas como picaba y en pleno agosto calorcito rico)
y lo que no tapaba tan prístino paño sacado de los ajuares de su abuela, me decoré las rodillas y las manos que ni un paso de Semana Santa.

Esta claro que si quieres algo bien hecho, tienes que hacerlo tu.

Recuento total de daños: cinco abones de picadura de insecto sin identificar, raspaduras varias en mis rodillas y numerosas astillas clavadas en mis manos. Aunque por lo menos en el periplo no salí yo solo lesionada que el señorito en cuestión, por lo menos, se clavó un par de piedras en su culo de niño bien.

(que hacía menos por mis orgasmos que por la patria, que ya es decir)

Pero vamos, el/la que no se haya quemado las rodillas por tener (o intentar) un round de amor en un coche, no ha tenido juventud, o ha tenido mucho dinero para poder patrocinarse hoteles, que de todo hay en la viña del señor.

Eso sí, al que le guste el riesgo que lo intente en el descansillo de su escalera (en la que si mal no recuerdo hay 33 puertas ocupadas por numerosas familias, conocidas todas de mi señora madre, la presidenta de esta nuestra comunidad. Luego intenta explicarle por qué tienes moratones en la espalda perfectamente rectos separados entre sí por la medida exacta de los escalones del descansillo.
O mejor aun, intenta explicarle que hace tu bolso colgado en el espejo del ascensor al las 6 de la mañana cuando llega ella de trabajar de noche. Si está claro que lo mío eran los ascensores.
Excusas haberlas ahílas, creíbles no todas.

Aunque para buenas heridas de guerra, la de aquella vez, en la que un salvaje que no tenía respeto por la propiedad ajena, me quiso arrancar (literalmente) la ropa interior y me quemó la piel con la cuerda de mi tanga, allá donde la espalda ya no recuerda su casto nombre.

De siempre es sabido, que en los pueblos o te subes a un pajar o te vas a la era a disfrutar del picorcillo de la cebada en los remolques (en mi pueblo solo intentar en verano que en invierno se te puede caer a cachos del frío cualquier cosa)
En mi pueblo no hay pajares a los que subir, pero si muchas bodegas oscuras en las que entrar.
Que no se que es peor, la resaca de una noche loca de mezclas de alcohol,
o sexo sobre una mesa, apoyada en una pared de piedra, contra la que chocaba mi cabeza sin el menor miramiento.
¡Un poquito de por favor que aun estoy estudiando!
Añado que en la mesa había numerosas viandas (en tarros de cristal) que acabaron esparcidas por el suelo, con menos glamour que en la peli de “el cartero siempre llama dos veces”. Pero mi acompañante no iba vestido de funcionario del estado, sino más bien un poco más de la realeza tirando a chacha de siete hombres bajitos.

Siempre me preguntaré por qué tienen los hombres tanto afán por vestirse de mujeres.

Ya os digo que debe ser el Karma, al que tengo que devolverle muchos favores, porque con tal mala suerte, se me escurrió una chancla, con el tema del vaivén y los empujones, y mi pobre pie tuvo que ir a dar con un bote de pepinillos en vinagre roto…

No os digo más, yo prefiero la resaca de mezcla de garrafón del malo, que el dolor de cuerpo y alma que tenía al día siguiente, que no me podía ni vestir.

También os digo que el no juega no gana, y el que no innova se aburre.

Para los amantes de las nuevas tecnologías móviles, os diré que hay una aplicación (que sin duda ha hecho un español o un italiano) que se llama mispicaderos (disponible para android gratuita) donde te recomienda los rinconcillos más oscuros y romanticotes de las ciudades españolas.

Siempre cuidado con allanar la propiedad ajena.

martes, 1 de marzo de 2011

Mi primera vez

Como ya sabéis, llevo una temporada compartiendo mi vida con… el sujeto X. Una vez más debo pediros perdón, pero volver a trabajar y convivir me deja poco tiempo para escribir, espero que esto cambien pronto (en cuanto me haga a no dormir siesta y madrugar lo tendré todo controlado).

Tengo que agradecer a mi tía, que me diese la idea de escribir sobre la vida en pareja, porque pensaba que mis “cúmulos de circunstancias” iban a tener fecha final (cuando acabase de contaros todas mis avendesventuras con los hombres), pero aquí se abre paso una nueva sección.

Con mucha ilusión y siempre moderación del sujeto X (pero no censura, tranquilos).

Para el que no lo haya hecho nunca, convivir con una persona, ya sea del otro sexo o del mismo (mucho peor del opuesto), es una deporte de riesgo, porque mostramos toda nuestra vulnerabilidad y nuestros (vergonzosos y mas oscuros) secretos.

Y eso que el sujeto X y yo aun estamos en lo edulcorado momento del comienzo, cuando aun se duerme abrazado, se come abrazado, paseamos al perro abrazados, vemos películas bélicas (¬ ¬) abrazados (mientras yo veo series en el ordenador), damos asco a los solteros abrazados… todo asquerosamente amoroso esto de ser pareja.

Solo hay una cosa que debe seguir inviolablemente privada, y no me refiero a llamar a la puerta de atrás (ya conocéis mi política de probar primero y luego criticar), me refiero a que lo único que yo comparto en el baño es el espejo mientras él se peina y yo me maquillo para ir a trabajar (cuestión de aprovechar un ratín más las sábanas).
Os preguntareis por qué no añado a la minilista de “cosas de dos en el baño” el super romántico y relajante baño de espuma (con sales, pétalos, velas ((quema pelos)) y sucedáneos,

porque, queridos lectores míos,

A menos que tengáis una bañera a la medida de un tanque para albergar a Flipper y toda su familia (y me quedo corta), es un trabajo de chinos que dos personas de tamaño medio (como sujeto X y una servidora) quepan en una bañera Standard (de las que ponen en los pisos que no salen en el programa de “¿quién vive ahí?

Es imposible sobrevivir en estos unizulos acuáticos sin que te claves el grifo, te sientes encima del tapón o se te salgan las piernas, tengas que desencajarte un hombro, o un sin fin de cosas horribles que pasan en una bañera monoplaza cuando la conviertes en patera, por eso la bañera de Pretty Woman,

ERA UNA PISCINA OLÍMPICA Y NO UNA JOFAINITA.

Una servidora da gracias de que el termo del agua caliente sea solo de 30 L. Y no se pueda llenar la bañera, porque la última vez que compartí baño, (haced un cálculo aproximado de mi edad y mi desventurado acompañante) me tuve que salir corriendo de la misma tras los gritos desesperados del chico en cuestión que había terminado la fiesta (sin mi, todo hay que decirlo) y creía que sus súper-espermatozoides de quinceañero precoz (vaya! He dicho su edad) iban a dejarme embarazada, atravesando el agua jabonosa y todo. (cuanto daño, de verdad, cuanto daño!!)

Y desde luego, bajo ningún concepto, nunca está permitido entrar al baño cuando hay otra persona dentro y no se sabe a ciencia cierta lo que está…haciendo, ya me entendéis. Por eso Monesbol puso pestillos en la puerta de los baños y las habitaciones de matrimonio, lo siento teenagers, pero no tenéis derecho a intimidad (eso me decía mi madre cada vez que entraba en mi cuarto sin llamar y estaba acompañada).

Mi profesora de literatura del refinado colegio de monjas al que asistí en mi ciudad natal, nos dejó muy claro porque se le llamaba retrete, el lugar más íntimo y recogido de la casa (ya desde tiempos inmemoriales se llevaban lectura, que quede claro).
Menos mal que sujeto X, no es como mi señora madre, que entraba sin llamar, a hacerte el resumen diario de la escalera de vecinos en mi momento all’bran.
¡¡Minipunto para mi chico, que sabe respetar la intimidad de las mujeres!!


Pero, aquí viene lo embarazoso de la historia (como dirían los ingleses),estando yo viendo series, cada uno en su parte del sofá (y yo que doy gracias a eso, de no estar los dos edulcoradamente abrazados viendo una peli), es lo que tiene tener alergia y compartir casi las 24h del día, que se me has escapado…. un pedo.

Se me ha escapado, LO JURO, lo juro por lo más sagrado, por las rebajas de Blanco y su tienda online que me muera sin comprarme nada más, que una tos puñetera (porque no tiene otro nombre), y en vez de fingir como una dama y hacerme la longuis o echarle la culpa al perro que dormía plácidamente debajo de la mesa,

Me he echado a reír, y lo mejor de todo, es que él, se ha reído conmigo.

¿se habrá perdido el romanticismo y el aparentar ser perfectos?

Puede que sí, pero estoy segura que después del primer pedo en pareja,

esto se puede llamar convivencia.