jueves, 14 de octubre de 2010

Yogures

¿Cómo era el dicho…?
¿Si pesa más de 50kg no es delito?

Si buscamos la definición de yogur en el efediccionario: dícese de joven efebo, imberbe y con las hormonas revolucionadas menor a nuestra edad (bastante menor) que consigue volvernos turulatas a las mujeres centradas y encarriladas como yo (léase el sarcasmo).

Quién no ha tenido alguna vez un pequeño desliz con alguien que crees que sabes hace ecuaciones de tercer grado y luego resultaba que iba a preescolar.
Si es que la generación NiNi está muy desarrollada para su edad, y con eso de que saben falsificar la firma de sus padres para apuntarse al carro de los piercing…
No puede ser, ya no te puedes fiar ni de tu sombra, hay que ir pidiendo el carnet por delante, e incluso el libro de familia, que no será la primera vez que después de pasar una gran tarde con un casi desconocido llegamos a la conclusión de que somos primos terceros.
¡Menudo bochorno!
La primera vez que caí en la tentación de comerme un pettit suisse, en vez de un yogur de soja, par mayores de 18 años, fue en las fiestas de mi querida ciudad natal, que hará un mes que terminaron la edición 2010.
El nene en cuestión que ya llevaba rondándome un par de años, consiguió su objetivo cuando por lo menos tenía un poco de pelusilla en la cara, aunque para mi mayor vergüenza y escarnio he de decir que seguía siendo menor de edad, y que yo era consciente de ello.

Seamos claros…

Los pettit suisse solo sirven para una cosa:

Sacar un clavo oxidado (léase yogur desnatado sin azucar) de nuestras vidas.

No vamos a engañarnos, son divertidos, amenos, dulces y mimosos, nunca se cansan de hacer cosas nuevas y excitantes, pero pronto se cansan de todo lo demás, así que si buscas una relación estable, búscate un tío que tenga todas las hormonas en su sitio (consejo de eFe).

El caso es que, el yogurín en cuestión, se pilló un poco más de la cuenta de la pequeña eFe, y yo que no estaba por la labor de ejercer a tiempo parcial de chofer, profe y madre… le mandé lo más rápido que pude a paseo (aunque no lo suficiente).

Hoy en día, hay otro yogur en mi vida, pero gracias a quien sea (no vamos a atribuir a Dios todo el mérito) tiene las ideas bastante claras, y por lo menos sabe que los reyes magos y el ratón Pérez son la misma persona… pero para todos mis seguidores menores no haré de spoiler, esta vez.

Para todo hay un momento, ahora me apasionan los que pueden recordar el mundial del 82, y durante un pequeño lapso de tiempo, los que nacieron el año de la Expo de Sevilla.
¿Cómo olvidar a Curro? Y si no sabes quien fue, no puedes entrar en esta fiesta.

Consejo de regalo: si un hombre te pregunta cuantos años tienes y tienes dudas sobre si te supera en primaveras o por el contrario le faltan veranos… miente.

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